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El superpoder de ser maestro

Como el creyente que cada día repite la misma plegaria, Héctor José, cada sábado y sin falta, organiza la indumentaria, se viste, se pone los lentes, se despide de su esposa, cierra la puerta de su casa y se desplaza hasta el estadio municipal, en donde se enfrentará a un partido de fútbol con sus amigos más cercanos. Por sus venas corre la pasión por este deporte, por las canchas y por el balón, pero es una afición que jamás será tan grande como aquella que profesa por la docencia.

Héctor José López Quintero se desempeña como profesor del Instituto Tecnológico Santa Rosa de Cabal en la sede Colegio de Jesús; ejerce esta labor desde hace más de 30 años. Nació un 23 de agosto de 1969 en Cali, Valle del Cauca.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al año de haber nacido y por asuntos laborales de su papá, se muda, junto a sus padres y sus cuatro hermanas, al municipio de Santa Rosa, Risaralda. Sus primeros años de vida se caracterizaron por su gusto particular por andar “trepado” en los árboles de guayaba y de mango, por su destreza con las canicas y los trompos. Desde muy niño, López deseaba ser un superhéroe y compartir su heroísmo con los que más amaba. 

INFANCIA
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Su etapa preescolar y primaria la realiza en la Escuela Colombia del municipio. Allí estudia hasta el grado tercero, después se traslada a la Institución Pedro José Rivera en donde cursa los grados cuarto y quinto. A medida que pasaban los años, crecía su encanto por los cómics y por ayudar a las demás personas. Su padre fue una persona muy trabajadora, cuyos quehaceres le exigían desplazarse constantemente por diferentes rincones del país. Por esta razón, viajan a Líbano, Tolima, en donde Héctor José termina grado sexto y octavo. Después regresan, de nuevo, al municipio de las araucarias, en donde logra culminar la básica secundaria.

Fotografías: 5.0 pal profe

Luz Clara Fajardo es la maestra que más recuerda López, su dominio del lenguaje lo llevó a enamorarse profundamente de sus clases, de la gramática y la literatura. Su gusto por esta asignatura fue tanto, que su profesora se convirtió en un gran soporte en su vida académica y profesional. Y Héctor José, quien hoy pertenece a la categoría 14 del Decreto 2277, revela que gracias a ella floreció esa inclinación por la docencia. En 1987, cuando obtiene el diploma que lo acredita como Bachiller técnico industrial, López ya había tomado una decisión: quería entregar su vida a la educación y trabajar desde las aulas.

CRECIMOS CON UN ERROR EN EL APRENDIZAJE. 

SOMOS HIJOS DE UNA EDUCACIÓN QUE NOS ENSEÑA A COMPETIR

Por ser un estudiante distinguido y por su irremediable obsesión por ser en todo el primero, Héctor José ingresa al programa académico de Licenciatura en Educación básica primaria en la Universidad del Quindío. Este pregrado lo cursó a distancia y, pese a esto, siempre tuvo presente que la oportunidad de estudiar, desde cualquier modalidad, era un privilegio del que gozaban muy pocas personas. En el año 1992, López alcanza su título profesional y, a los dos años, logra vincularse al magisterio a través de un concurso departamental en el que participaron 250 aspirantes a la docencia; de allí seleccionaron a 50 concursantes, en donde el recién licenciado ocupa el puesto número tres. 

López Quintero dicta la primera clase en el corregimiento de Peralonso, Risaralda, que pertenece al municipio de Santuario. Allí se enfrenta, por vez primera, a estudiantes de grado cuarto y quinto. Confiesa que durante esta experiencia sintió mucho susto, por la incertidumbre de saber si estaba actuando de la mejor manera y por las reacciones que podrían tomar sus alumnos. Sin embargo, es claro que desde ese instante se empieza a perfilar como un buen maestro, y gracias a su bagaje de conocimientos, y con ansias de fortalecerlos, inicia, algunos años después, una especialización en pedagogía de la lengua escrita con la Universidad Santo Tomás.

SERVICIO

Fotografías: 5.0 pal profe

Hacia el año 2009, la Gobernación de Risaralda abre una convocatoria para escoger a los dos maestros que serían los ganadores de una beca para cursar una maestría. Al profesor Héctor José le interesa la propuesta y, por eso, presenta su hoja de vida ante la Secretaría de Educación departamental. A los pocos días de presentarse, López recibe la noticia donde le informan que es uno de los docentes ganadores. Con el sol a sus espaldas y convencido de sus grandes capacidades, Héctor José ingresa a la maestría en sociolingüística en la Universidad Tecnológica de Pereira.

La escritura y la investigación, al igual que el fútbol y la docencia, han sido parte de sus quehaceres preferidos. Por su proyecto investigativo de inclusión escolar en Risaralda, López Quintero ha sido merecedor de unas pasantías en Costa Rica y Brasil. Un proyecto que lo ha llevado a distintos rincones del mundo y que le ha permitido conocer academias internacionales que son líderes en la educación inclusiva.

 Mirada de niño, El baúl de los recuerdos I y El baúl de los recuerdos II son las obras que ha publicado el profesor Héctor José, libros que parten de la inclusión, la diversidad, la historia y la memoria. Pero, ¿cómo los escribió? ¿qué contiene cada ejemplar? El profe López nos cuenta más detalles...

Fotografías: 5.0 pal profe

Lo que más disfruta López de su rol como maestro es compartir el tiempo con sus niños, dibujarles una sonrisa en sus rostros y transmitirles conocimientos fundamentados en el amor y la generosidad. Sin embargo, con tristeza confiesa que lo que menos le agrada de su profesión es llamar la atención a sus estudiantes o enfrentar diferentes problemáticas que día a día se presentan en el aula como la violencia intrafamiliar, el hambre, el abandono, las carencias emocionales y económicas. 

Por su trayectoria y su ánimo de forjar una sólida educación, Héctor José es galardonado, en el año 2015, como uno de los cinco mejores maestros de Colombia. Una distinción que resaltaba su perseverancia, su humildad, su calidad humana y otorgada por el entonces presidente de la República Juan Manuel Santos. El éxito, en la vida de López, ha sido uno de sus más fieles acompañantes. Por sus libros, sus años de servicio, sus aportes a la pedagogía y la infancia, recibe, en 2019 y por parte de la Gobernación departamental, una estatuilla que lo define como uno de los mejores docentes en Risaralda. La satisfacción que refleja su mirada es, quizás, esa misma satisfacción que sintió cuando fue exaltado, entre aplausos, por el departamento y por el país.

Hay algo que López no puede dejar de expresar y es su inconformidad por los salarios y por algunas directrices del sistema educativo colombiano. Sin rodeos y sin mentiras piadosas, el profesor admite que “si se compara el sueldo de un maestro con otro tipo de trabajadores, nosotros podríamos decir que estamos muy bien. Pero si comparamos el sueldo de otros profesionales de diferentes campos, el profesional de la educación es muy mal remunerado. Entonces de ahí nuestras luchas”.

Frente a la nueva modalidad de evaluar a los docentes por medio de la grabación de una de sus clases, el profesor Héctor confiesa que esto se ha convertido en un “martirio” para los docentes, porque las cámaras, según él, intimidan, y de esta manera el educador posa, actúa, y no deja ver claramente sus capacidades y talentos. Hoy, al igual que muchos maestros del departamento, López implora por la implementación de mejores sistemas de evaluación, de condiciones laborales, recursos y espacios propicios.

DÍA A DÍA

Cada día, Héctor José se levanta a las cinco de la mañana, revisa el celular y contesta mensajes de la noche anterior. Después de las tareas matutinas, se desplaza hacia la institución para recibir a sus estudiantes. Entre aulas, libros, sonrisas, tableros y lápices, transcurre su jornada hasta la una de la tarde, hora en que, usualmente, regresa a casa. Continúa su labor desde allí, revisa informes, prepara clases, califica exámenes y desarrolla proyectos.

 

López es un apasionado de la literatura infantil, de las películas de ciencia ficción, del cine, de su esposa, de las baladas, del café y de autores como Jairo Aníbal Niño. Mientras acaricia la portada de una de sus obras, el profesor Héctor asegura que sus mayores virtudes son la responsabilidad, la puntualidad, la creatividad y su don de gentes. Sin embargo, admite también que la impaciencia es su más grande defecto, porque siempre ha querido que todo se realice de forma inmediata y no soporta dejar tareas o procesos empezados.

Fotografía: 5.0 pal profe

“Da lástima decirlo, pero yo creo que el mayor obstáculo es el mismo Estado, con unas políticas que desconocen la formación del maestro”.

 

—  Héctor José López.

Una de las aspiraciones a corto plazo de Héctor José es la publicación de un nuevo libro, en el que plasmará todas esas historias de espanto y guaquería que cuentan los abuelos y los historiadores de su municipio. Hoy camina por su pueblo en busca de estos relatos que, más adelante, los llevará al aula para compartirlos con sus estudiantes. A seis años de pensionarse, revela que aún tiene una deuda con la vida: quiere estudiar psicología. No quiere dejar apagar ese deseo por estar cerca de la gente, y siempre busca una y otra razón para darle vida a ese superhéroe en el que quería convertirse cuando apenas era un niño. 

 

Por eso, el profe López se hace merecedor de un 5.0 por apropiación social del conocimiento.

Fotografías: 5.0 pal profe

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